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Milei, deuda eterna y deuda interna
Imagen generada con inteligencia artificial (Gemini).
Al azar le gusta jugar. Por un lado, Toto Caputo salió ayer a cazar en el zoológico y les enchufó a los bancos un título en pesos para secar la plaza y restarle combustible al dólar. Asumió otra vez un elevado costo en intereses que, se supone, alguna vez se pagarán. En paralelo, el Ministerio de Economía reconoció haber incurrido en julio, por primera vez en el año, en déficit fiscal financiero, el que surge de contabilizar los ingresos y los gastos del Tesoro, así como los pagos de deuda. La "casualidad" es importante y te involucra.
Eso es así por dos razones:
- Por un lado, porque se suman los motivos para dudar de la sustentabilidad de largo plazo de la principal de las anclas del programa financiero que el Gobierno pretende presentar como si fuera uno económico. De hecho, ya no se trata de si es viable o no mantener pisadas las jubilaciones y los salarios de médicos, docentes y servidores públicos en general; congeladas las prestaciones por discapacidad; ahogados a los hospitales nacionales –como el Garrahan–, las universidades y las provincias, y paralizada la inversión en infraestructura. La cuestión pasa por si el modelo cierra incluso en sus propios términos.
- Por otro lado, el tema del momento impacta sobre tu vida porque la acumulación de deuda pública, en especial por las supertasas que el Gobierno convalida para evitar una devaluación que, tarde o temprano, igualmente podría acontecer, hace que el peso del ajuste vaya a recaer cada vez más sobre la sociedad y especialmente, en virtud del sesgo ideológico de Javier Milei, sobre los sectores vulnerables.
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