Cervetto y Avancini: el llamado de atención por la abstención.
El concejal Juanjo Cervetto emitió su voto en la escuela 4 de Benavidez con optimismo, destacando la importancia de la jornada democrática, pero rápidamente se mostró preocupado por el bajo nivel de concurrencia. "Hay en general un bajo porcentaje de concurrencia y eso debe ser un llamado de atención para todos los políticos", afirmó. Cervetto consideró que la gente se aleja de las urnas por las "peleas, la corrupción" y los escándalos, y enfatizó que es un momento para que los dirigentes demuestren que "no somos todos lo mismo", priorizando las necesidades reales de los vecinos. Su llamado a la transparencia y la coherencia resume el sentir de un electorado que, en su opinión, no se le debe "mentir".
De manera similar, el concejal Diego Avancini compartió su alegría por la realización de las elecciones, pero también advirtió sobre la escasa afluencia. "Lamentablemente también hay que reflexionar, siempre es importante votar, pero cuando hay un desinterés así creo que la política en general debe llamarse a una una autocrítica", expresó. La falta de gente en las escuelas, en contraste con elecciones pasadas, es una señal que los políticos deben analizar con seriedad.
Por su parte, el candidato a concejal por el partido Libertario, Diego Siman, describió su primera experiencia como candidato como "muy linda". Respecto a la fractura de la lista "violeta", Siman interpretó la buena recepción de la gente como un "proceso de maduración" del electorado. Para él, los votantes están empezando a meditar más las opciones, "más allá de los mesianismos políticos", y valoran la coherencia. Esta perspectiva sugiere que el ciudadano busca alternativas y premia a aquellos espacios que mantienen sus principios, incluso en medio de conflictos internos.
La escasa afluencia a las urnas en Tigre no es solo un dato estadístico, sino un claro síntoma de un desencanto generalizado. La percepción de corrupción, las divisiones internas y el enfoque en disputas políticas, en lugar de en los problemas cotidianos de los vecinos, parecen ser los principales factores que alejan a la ciudadanía.
El desafío para los dirigentes políticos, tanto los electos como los que aspiran a serlo, es mayúsculo: recuperar la confianza perdida. Esto solo será posible a través de gestos concretos de honestidad, una mayor transparencia en la gestión y, sobre todo, un diálogo directo y sincero que ponga al vecino y a sus necesidades en el centro de la agenda. El resultado de estas elecciones, por lo tanto, no es solo quién gana o pierde, sino la evidente necesidad de que la política renueve su compromiso con la gente.



